Bélgica

Guia de viaje de

Brujas

Casas de la Caridad

Las típicas ciudades flamencas, además de por sus Grote Markt y sus campanarios, se reconocen por sus casas, con una arquitectura muy característica de fachadas escalonadas a medida que ascienden hacia el tejado.

Parece que las hayan hecho con piezas de Lego, pero no era capricho. Por un lado, era más fácil subir a los tejados para limpiar la chimenea o quitar la nieve y, por otro, eran símbolo de riqueza: cuantos más escalones tenía el tejado, más ricos eran los propietarios de esa casa. Las actividades de Buendía por Brujas contienen paradas en estas curiosas casitas, y es que son, sin duda, muy representativas de su historia.

Las Casas Caridad de Brujas

En Brujas encontramos esas típicas casas pero, además, hay otro “modelo” que nos llamará la atención. Son unas casitas blanqueadas con cal, alrededor de un patio común y una pequeña capilla, muy similares en su aspecto exterior al Beguinario. En la ciudad se las conoce como Casas de la Caridad o Godshuizen, que traducido resulta “Casas de Dios”.

Estas casas, que encontraréis desperdigadas por las empedradas calles de Brujas, son las precursoras de nuestras viviendas sociales, pensadas para ayudar a los más desfavorecidos. Si aún no habéis oído hablar de ellas, en Buendía os animamos a que vayáis en su busca, no tienen pérdida. Están revestidas de una paz y una tranquilidad muy peculiar y son estas casas las que, en parte, hacen de Brujas una de las ciudades medievales mejor conservadas del mundo.

Historia de las Casas Caridad

Estas casas fueron fundadas cuando Brujas era un importante centro comercial, por burgueses o por artesanos que las levantaron, en un primer momento, para dar cobijo a ancianos y enfermos que ya no podían trabajar y también a viudas y mujeres solteras, con el paso de los años.

¿Había que pagar para vivir en una de estas Casas Caridad? No, ¡qué va! Sólo había que rezar por la rica familia que la había levantado, por eso cada conjunto de casas tenía una capilla. Estas familias no escatimaban en gastos para asegurarse su llegada al cielo.

Qué podemos ver en las Casas de la Caridad de Brujas

Cada grupo de estas casas tenía entre 4 y 24 de estos alojamientos que daban a un patio interior, que servía de huerto para cultivar hortalizas que abastecían a sus habitantes de agua. También solía estar en este patio el baño, generalmente de uso común.

Son casas, normalmente de una sola planta, sin ventanas a la calle, porque durante años había que pagar un impuesto por ellas y por eso las ventanas se abrían al patio interior. En el interior solían tener una habitación individual que hacía las veces de cocina, sala de estar y dormitorio y subiendo una empinada escalera se llegaba a una especie de desván.

No fue hasta el siglo XX cuando las casas se empezaron a unir, juntando dos (o en ocasiones tres) casas convirtiéndolas así en lugares más amplios y cómodos para vivir.

Entrando en estas casitas restauradas, descubriréis cómo era la vida diaria en Brujas durante el siglo XIX y principios del siglo XX y podréis entrar también en una clase, un taller de sastre, una farmacia, una confitería y una herboristería, en compañía de la  mascota del museo, el gato negro Arístide.

Cuáles son las Casas Caridad más conocidas de Brujas

Uno de los complejos de Casas Caridad más conocidos era el de Meulenaere y San José, construido en 1613. Estas son unas de las que más os recomendamos, porque además de ser uno de los más bellos tiene unos jardines que suelen estar abiertos.

En la zona de Groeni Rei (orilla verde) se encuentra otra de las Casas Caridad más populares de Brujas: La casa del Pelicano. No busquéis en este caso una casita encalada, pues aún mantiene el color del ladrillo original. No tiene pérdida: además de su color la conoceréis por el emblema en forma de pelícano que está en la piedra labrada.

Cerca del Hospital de San Juan se encuentra la Casa Caridad más antigua de Brujas: se llama Rooms Convent y es del año 1330.

Del año 1436 es la Casa Van Campen, en la esquina de Boeveriestraat y Gloribusstraat. Fue, en su momento, un conjunto de diez casas que tras su reconstrucción quedó reducida a tres.

La Casa Van Volen es otra de las que hay que tener en cuenta. Se fundó en el año 1614 para acoger ancianos y más tarde también enfermos mentales, siendo hoy en día un centro de servicios para personas mayores.

Funcionan hoy en día las Casas Caridad

Pues sí, sí funcionan. Sobreviven un total de 46 complejos de estas casitas blancas, muchos de ellos en el centro, que hoy pertenecen a la OCMW de Brujas, el Departamento de Atención Social.

De esos 46, unas 43 casitas siguen aún ocupadas por personas mayores, aunque otras recibieron una nueva función. Por citaros alguna, las casas de beneficencia ubicadas en Balstraat en el número 43 son ahora el Museo del folklore.

Podemos visitar las Casas Caridad de Brujas

No podréis visitar las casas por dentro, ya que, como os hemos comentado, la gran mayoría se encuentran habitadas por personas mayores, pero sí que encontraréis abiertas algunas de las puertas de acceso a su patio interior, al que podréis acceder con total libertad. Se puede entrar gratis pero eso sí, desde el primer paso hay que respetar su silencio y su tranquilidad.